Estamos inmersos en cambios sociales, políticos, tecnológicos, económicos y culturales que configuran una nueva sociedad. A veces da la impresión de que la educación está al margen, aunque en todos los foros del pensamiento se le atribuya un papel prioritario y fundamental. ¿Dónde está su función transformadora de la sociedad, cuando todavía no se han incorporado a los centros educativos los avances tecnológicos mínimos? El profesorado parece resistirse a la mentalización profesional, acorde con la nueva sociedad, y mantiene los mismos métodos y técnicas de enseñanza de otros tiempos. Puede vivir también la experiencia de que la actualización que se pretende conseguir no sintoniza con la práctica profesional en el aula, lo cual le produce y aumenta la desmotivación.
Nosotros confiamos en el profesorado y estamos convencidos de que éste siente el valor social de la educación, pero necesita también una fuerte dosis de estimulación y apoyo, personal y profesional. Por eso, nuestra intención es proporcionar unas directrices y técnicas que potencien su actividad en el aula con el alumnado, haciéndoles ver que es posible el cambio exigido por la nueva sociedad.